lunes, 27 de febrero de 2012

La verdad de las redes sociales...

Estoy seguro de que a Marty McFly nunca le paso por la cabeza. También estoy seguro de que jamás me paso a mi mientras veía Back to the future. Ni cuando la volví a ver. Varias Veces. Y es que en su momento era algo tan de poco peso que cualquiera con un DeLorean capaz de viajar en el tiempo y un talento básico-intermedio en la Gibson lo habría intentado: treparse al escenario de la graduación y tocar "Johnny B. Goode" antes de que Johnny B. Goode existiera. Así, sin más ni más, Doc Brown le permite a Marty plantarse con toda premeditación frente a una bola de "Desrockanrollizados" y pretender que la canción era suya con una única intención: lucirse.

Nuestras vidas se han convertido en una serie de performance de graduación donde todos somos Marty McFly y buscamos convencer a nuestro público de que somos originales mientras tocamos canciones robadas. Es posible que el escenario ya no exista como tal; sin embargo los escaparates permanecen: Facebook, Twitter y otros son un foro abierto con espectadores cautivos que, por menos que quieran, voltean a ver cualquier estupidez por temor a que los demás no volteen a ver las estupideces propias. Y pretendemos. Que a los demás les interese saber lo que pensamos. Que somos nuestras aspiraciones; sin rebabas, sin defectos, sin malos olores y sin malas intenciones. Que somos interesantes. Que podemos soltar comentarios llenos de seriedad y con mucha pipa y guante del nivel de "Muy interesante selección de fotos de la segunda guerra mundial". Que no somos unos pobres inadaptados que piden cariño a gritos, aunque sea en patéticas redes sociales.

Y seamos sinceros: a todos nos importa un carajo que los demás jueguen Farmville, Mafia Wars o Bejeweled. Nos la suda si alguien la paso increíble el sábado pasado en la fiesta a la que fue. Nos la suda todavía más si está en una relación o no y si su ascendente del horóscopo chino dice que hoy ni un caballo semental le haría "el favor" incluso si su especie dependiera de ello. Nos da pena que demuestren que saben ingles por copy/pastear la letra de una canción de Roxette y que crea que habla catalán porque escribe "Força Barça!!!" cuando juega el equipo de futbol de Barcelona. Su maestría nos tiene sin cuidado y sus comentarios supuestamente ingenio0sos, también. Pueden irse al diablo con sus test, sus regalos y sus "seguidores". Los jueguitos de "me toco tal o cual letra" son lo más patético, penoso y predecible que se ha visto. Que tenga veinte vacas de oro y los huevos de Rasputín en Farmville mas que merecer presumirse, debería darle a entender que talvez sea momento de dejar de criar vacas y preocuparse por algo menos fútil que unos pixeles con forma de huevo.

Y sin embargo, es imposible dejar de leer. Es como ver un atropello. No quieres, pero el morbo va y te gira la cabeza. Es como volverse un espía ruso en las vidas de los otros y escuchar como comen, como tosen, como conversan y como respiran los demás, incluso si sabemos que esa tos pausada, esa voz grave y confidente y esa respiración profunda son completamente falsas y que solo los escuchamos porque ellos quieren que así sea. Ellos quieren que sepamos cuan fabulosa es su vida. Cuan divertido es estar en sus zapatos. Cuan más conocedores y cuan más viajados que nosotros son. Y nosotros, "Desrockanrollizados", olvidamos que lo que nos ponen en frente no es su vida, sino una imitación mediocre y sin imaginación. Pero no de Chuck Berry, sino de una telenovela protagonizada por dos actorcillos cualquiera. Y de ahí las fotos en la playa como símbolo de mejor imposible. Las fotos con su medalla de campeonato de futbol. Las fotos con las tetas casi afuera y cara de zorrona. Disfrutando de un vino. Mirando al horizonte con semblante pensativo. Aspiraciones de Telenovela Mexicana.

Llámenme abuelo, pero esta vida social me tiene asqueado. Estoy cansado de la era de los egos. Abrir Facebook me da nauseas. Twitter es incluso peor. Pero no pierdo la fe en que algún día entrare a mis perfiles y todos los McFlys habrán desaparecido y solo quedaran Chuck Berrys. O talvez yo me subiré al escenario y cantare: "Go, Johnny, go, go, go!!."

PD: Escrito bajo la influencia de The Beatles....

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