viernes, 20 de julio de 2012

Colitas pintadas: !Ay Metal eres tan incomprendido!!

"I wanna paint your fuking ass" es una frase que no da pie a múltiples interpretaciones. Tampoco es de gran sutileza. El mensaje es claro; la poesía poca (aunque si talentos de la talla de Ricardo Arjona escribieran en ingles, no quiero imaginar las maravillas que saldrían de tan poco). Quiero pintarte el culo. Es burdo. Es obsceno. Es, por encima de todas las cosas, incoherente. Casi tan incoherente como el titulo de la canción de donde se desprende tal máxima de la lírica de la humanidad: "Blasteroid" (algo así como un destellateroide, si es que tal cosa existiera), de la banda estadounidense de heavy metal, Mastodon.

Para ser justos, "Blasteroid" es mucho mas que un cuento de culos pintados. De entrada el inicio de esta melodía son los 43 segundos mas pop en toda la discografía de los Mastodon a la fecha. No es sino hasta después de eso que la verdadera naturaleza de la canción brota con un coro casi ladrado,  como si Troy Sanders y Brent Hinds -bajista y guitarrista respectivamente- hubieran levantado cuidadosamente un piano con una polea mientras decían: "Despacio, despacio, despacio...", y de súbito lo dejaran caer sobre la cabeza del escucha. El dulzor de la estrofa, seguido de un golpe directo a los oídos lo que hace la canción valga la pena.. Que The Hunter -el disco del que se desprende la canción- valga la pena. Que el metal -sin importar que su primer nombre es black, trash, death o doom- valga la pena.

Explicar porque alguien se siente atraído al metal es tan difícil como intentar traducir en un vocablo la palabra Saudade. Es como intentar explicarle a alguien que, por grotesco que suene el concepto y por desagradable que sea el olor que desprende, comerse un hígado encebollado puede ser un manjar. Supongo que así como un profesor de la UCR decía que "la educación se mama", el metal también se mama. Como los portugueses y brasileños y los caboverdianos y y los angoleños que prácticamente nacen sabiendo el significado de Saudade. Como los niños que mastican felizmente hígado encebollado -por grotesco que al resto del mundo le parezca- y lo paladean sin darse cuenta de que alguna vez estuvo procesando no se que porquerías dentro de una vaca. Igualmente el metal es algo que casi se adquiere al nacer. Se hereda de los hermanos, de los amigos, de los padres, de los tíos.. Llega cuando jóvenes a a algunos, ante los ojos azorados de aquellos que nunca escucharon el llamado. Talvez una canción de My Morning Jacket tiene la mejor explicación cuando dice que el metal (se refiere específicamente al black metal) es "una obscuridad que no puedes negar, pero que no tiene lugar en la mente de un adulto. La distorcion se abre lugar ante los ojos sedientos de vivir de los jóvenes... Ay black metal eres tan incomprendido". Sin duda lo es.

Es difícil justificar la madurez del metal cuando los mejores exponentes del genero gritan sandeces que sonarían inmaduras y fuera de lugar incluso si estuviéramos en un colegio dirigido por pandilleros. Claro, no demérito que Mastodon tiene todo un disco dedicado a Moby-Dick, la novela de Herman Melville, o que difícilmente existen longplays tan intrincados y sofisticados como Crack the skye y que The Hunter es uno de mis discos favoritos del 2011. Seguro hay bandas metal que tratan temas de suma importancia en sus canciones. Y que tienen doctorados y condecoraciones. Sin embargo, seamos realistas: el metal no va a cambiar el mundo. No va a iniciar revoluciones. El metal no le importa al mundo entero. De hecho el resto del mundo no se fija en el mensaje dentro de los berridos porque no tolera escucharlo mas de tres segundos.

Imaginemos un tema de la banda Carcass, con sus referencias a secreciones corporales; uno de Revocation, con referencia a muertes grotescas, no-muertos y desolación; uno de los alabados Liturgy con referencia a quien sabe que, o de algún otro grupo metal en que los rugidos son casi tan ininteligibles que resultan mas un instrumento de percusión que una melodía con un mensaje. Seamos sinceros: ¿a que tantos puede interesarle lo que la voz cavernosa diga? ¿Que mas sino maldiciones e improperios puede comunicarse cuando estas -literalmente- destrozandote la garganta a berridos? Después de todo que me dejen pintarle el culo a alguien seria lo mínimo que yo exigiría si estuviera en su lugar.

El metal no se entiende, el resto del mundo no lo entiende...  pero sinceramente a los que nos gusta el Metal nos vale mierda...

PD: realmente  yo soy nuevo en cuanto a metal pero no me podía quedar sin escribir...

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